El fenómeno de corrosión ocurre cuando el metal está en contacto con un medio líquido conductor (electrolito) que contiene agentes oxidantes (Vázquez y Damborenza (2001)). Durante este fenómeno, el metal corroído se comporta como un polielectrodo (Vaamonde et al. (2000)), es decir, en diferentes puntos de la superficie del metal se presentan las dos semirreacciones en las que se puede dividir la reacci´on redox global: el proceso anódico, para la oxidación del metal, y el proceso cat´odico, para la reducción del agente oxidante presente en el medio corrosivo.
Como los fenómenos de corrosión implican reacciones redox que se verifican en la interfase metal/electrolito, este tipo de procesos conlleva un movimiento de cargas eléctricas. De esta manera, el estudio de los fenómenos de corrosión puede abordarse mediante distintas técnicas electroquímicas que permitan evaluar los parámetros eléctricos asociados a esos procesos de transporte de cargas.
La mayor parte de los métodos electroquímicos para el estudio de la corrosión están basados en la perturbación controlada de una de las dos variables eléctricas fundamentales, voltaje o corriente, y la medición de la otra variable como consecuencia de la alteración introducida al sistema. Haciendo uso de estos métodos es posible estimar la velocidad de corrosión, el tipo de corrosión e información adicional sobre las características del sistema difíciles de obtener mediante otras técnicas experimentales (Martínez et al. (2012)).
Dentro de estas técnicas las más empleadas son la de polarización lineal, la resistencia a la polarización, voltametría cíclica (Vc) y la espectroscopía de impedancia electroquímica (Botana y Marcos (2002)).
El ruido electroquímico es el estudio de las fluctuaciones espontaneas de corriente y voltaje en un electrodo corrosivo. Funciona en condiciones de potencial de circuito abierto sin necesidad de una polarización externa que pueda influir en las reacciones electroquímicas (sobre todo acelerarlas o ralentizarlas). Por lo tanto, se considera una técnica en línea y no perturbadora utilizada para monitorear la corrosión en diferentes campos (Cappeln et al. (2005); Guadalupe et al. (2001), Iannuzzi et al. (2010), Martínez et al. (2012); Montesperelli y Gusmano (2011)).
Debido a que el EN es una técnica muy sensible, puede usarse en entornos de dos fases (fase orgánica y acuosa) (Gusmano et al. (1998)). La medici´on del potencial de ruido electroquímico (Electrochemical Potential Noise, EPN) y de la corriente de ruido electroquímico (Electrochemical Current Noise, ECN) se puede realizar de manera simultánea mediante tres electrodos. Estos electrodos pueden ser nominalmente idénticos, elaborados del material que se va a estudiar, denominados electrodos de trabajo (Working electrode, WE), ver Figura 2.2 a). Una segunda opción utiliza dos electrodos de trabajo y un electrodo de referencia (Reference electrode, RE) elaborado de un material distinto al material a analizar, ver Figura 2.2 b). El primer par de electrodos medirá el EPN y el segundo par mide el ECN, teniendo ambos pares un electrodo en común (Edgemon (2004); Garita (2014)). La medición o registro de EN es simple (en apariencia), pero analizarlo es el trabajo realmente importante y, en muchos casos, la tarea más problemática (Genescá (2002)).
Figura 2.2: Configuración de electrodos para medir EN
Como citar:
Arellano Pérez, J. H. (2020). Análisis de Ruido Electroquímico en una Aleación de Aluminio Expuesta a la Mezcla Gasolina-Etanol.